11 de mayo de 2009

Madre tierra

Me ha parecido tristemente precioso...






Con nostalgia recuerdo como el gran pintor de la vida me creó para poner color, equilibrio, y armonía en esta tierra. Con su pincel fue poniendome colores: verdes, que llenan todo de esperanza y equilibrio; grises y marrones creando las montañas que representan la libertad y la soledad acompañada; azules, creando la inmensidad del mar y la sencillez del río que recorre su camino con alegría y arcoíris de flores de todos los colores y aromas. Este fue mi principio, mi nacimiento, donde todo estaba donde tenía que estar, donde había un equilibrio. La niñez fue feliz, hubo momentos de mucho dolor por causa de la intolerancia y egoísmo del ser humano, pues se supone el más inteligente que me habita. Fue pasando el tiempo, en un principio este ser “inteligente” me tenía gran respeto, me llegaron a llamar “Madre Tierra” de donde brota toda vida, volviendo a mi regazo en la muerte. Nadie me pedía más de lo que ofrecía, se me cuidaba y respetaba, fueron tiempos felices, fértiles, los campos llenos de flores donde los árboles no se cansaban de regalar sus frutos.


Hoy me siento cansada, enferma. Ha llegado también a mí esa enfermedad que todo lo corroe y lo pudre, matándome lentamente: El cáncer del fuego está destruyendo gran parte de mi hábitat; el cáncer de los residuos está envenenando el agua, el aire y la tierra. ¿Cómo curarme si son los propios médicos quienes me matan lentamente? Este ser “ inteligente” me destruye, no se da cuenta. De vez en cuando me estremezco por tanto dolor y mis entrañas se mueven, me encolerizo tanto que escupo fuego, lloro tanto que provoco inundaciones, pero nadie parece darse cuenta que yo quiero hacer del mundo un hogar feliz, regalar vida, las comunidades de bosques con sus aromas, su sombra al arrullo del aire entre las hojas, la paz. Los ríos con su charla alegre, con su frescura que todo lo renueva, el repicar contra las piedras… su canto de serenidad. La cima de una montaña donde llegas a tocar tu ser más profundo, donde habita la esencia del mundo, el Pintor de la vida. El inmenso mar que te hace caer en la cuenta que eres como una gotita de agua, que sola no haces nada, que necesitas de otras gotitas para formar parte del todo, este hermano mar que te hace entrar en lo profundo. No te quedes en la superficie aunque puede ser preciosa, sumérgete donde se encuentra la vida.


Lo tenéis todo: Tierra que os hace daros cuenta que nada es eterno; Cielo, techo de nuestros hogares donde el hermano sol sale cada día a dar vida y la hermana luna brilla con su hermosura nocturna, compañera de secretos y soledades profundas y las estrellas, manto de lentejuelas que cuando se contemplan nos recuerdan que no estamos solos, nos acercan a alguien que paso por nuestra vida dejando huella.Me siento anciana, puede que este envejeciendo antes de tiempo, se me arranca la vida sin permiso. Antes tenía más capacidad, surgía de las cenizas con mucha más fuerza, pero ahora la vida se me agota, no se agradece la que doy y se me arranca la que todavía no puedo dar…
No se cuantas primaveras me quedan, ni cuantos colores puedo ofrecer, ni cuánta agua ni cuanto aire, no se si pronto llegara a mi la eternidad, pero sí sé que lo que me pase a mi repercute en vuestras vidas, “ yo puedo morir pero con el tiempo volveré a la vida; Cuídame, porque cuando me cuidais a mi, cuidais vuestra tierra, vuestra vida".


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