7 de noviembre de 2012

De madres a hij@s

Hace unas semanas, y a raíz de un mensaje que circulaba por internet llamado "Mamá, entra en la foto", muchas mamás tomaron conciencia de que da igual si estamos divinas o "de estar por casa", que lo importante es que salgamos junto a nuestros hijos en las fotografías. Da igual cómo estemos, lo importante es que estemos ahí. La vida me ha hecho valorar mucho según qué detalles, y quiero con este post haceros tomar un poquito más de conciencia sobre el tema si me lo permitís.

 Imagen de Katie m Berggren


Comenzando por el nacimiento de mi hijo, donde estaba tan tremendamente gorda que no quería salir en ningún sitio que me inmortalizara 'en aquél estado' y acabando con mi maravillosa y fallecida madre. La perdí con 24 años y ella 47 recién hechos, por una leucemia 'galopante' que se la llevó en 12 días.
Ya 'tendría tiempo' de hacerme fotos con mi hijo cuando estuviese un poco más decente... pero nunca sería otra vez el día que me hizo madre. ¿Qué necesidad había de fotografiarme con mi madre? Si ella iba a estar siempre ahí... hasta que se fue.

La gran suerte es que yo fui un espécimen raro y encontré un chico maravilloso que pensaba igual que yo... Me fui a vivir con el, nos casamos, y tuvimos un hijo 'demasiado pronto' para la gente de nuestro alrededor (yo 23, mi marido 24), aunque nuestro hijo fue deseadísimo y buscado. Pero gracias a querer ser padres jóvenes, mi madre vio casarse a su hija y conoció a su nieto. Murió cuando mi niño tenía añito y medio.

No tengo fotografías con ella, ni siquiera una donde salgamos solas el día de mi boda. Deduzco que durante mi infancia, ella también pensaba que la 'importante' era yo, porque apenas hay alguna fotografía juntas de cuando yo era muy pequeñita. Solo hay un par de fotografías con mi hijo, que era la alegría que le quitaba todas las penas, en las que a ella se la vea. En el resto, es un mero 'soporte' de mi entonces bebé.
Tengo dos vídeos que no me atrevo a ver, ejerciendo de abuela como nadie más lo ha hecho, ayudando a caminar a su pequeño tesoro... pero ella no sale. ¡Lo importante era mi niño!

Mi madre, la fuerte, la que siempre estaba ahí. Nunca, jamás, se me pasó por la cabeza que pudiera ocurrir lo que pasó. ¿Cómo iba YO a quedarme sin madre?

Cuando hablo de ella, la gente me comenta que debía estar muy unida a ella: NO.
Mi gran problema fue que yo siempre había visto a mi madre como 'una madre', no había sido mujer de confesiones, ni de complicidades... ella había sido MADRE. La que me regañaba, la que me obligaba a hacer cosas, la que me daba lecciones y me hacía enfadar muchas veces... (La que me bordaba mi nombre en las batas, la que me entraba los vasos de leche a la cama con cuarenta cosas trituradas porque era niña de comer muy poco, la que me enseñó a dividir, a cocinar, a ser justa, a pelear por lo que quería, aquella a la que hice llorar tantas veces en mis años adolescentes...)
Todo comenzó a cambiar cuando me fui de casa... vivíamos muy cerca, y nos veíamos casi diariamente. Entonces comencé a ver a una MUJER. A una mujer inteligente, fuerte, luchadora, buena, dulce, con un enorme corazón, que lo había dado todo por sus hijos, y que había tirado de una familia entera durante muchos años. Conocí a una mujer que, día a día, me caía cada vez mejor sin darme cuenta. Una mujer con la que pude tener una o dos  conversaciones de madre a hija, de mujer a mujer. No se cuantas fueron, muy pocas... ni se de qué hablamos. Lo que recuerdo fue sentirme bien, comprendida, conectando con aquella mujer que había tenido toda mi vida delante y jamás había visto. Aun así, aquello fue una especie de aperitivo, jamás llegué a probar el sabroso menú que seguro me esperaba junto a ella.

Cuando murió me enfadé con ella, me había abandonado. Luego supe que es un proceso normal que forma parte del duelo, de mi duelo. Se activaron absolutamente todos mis mecanismos de defensa, algunos de los cuales se convirtieron después en mi losa personal. Uno de ellos fue dejarla sola cuando era cuestión de horas que su corazón dejase de latir. Es como intentar tocar el fuego: sabes que te va a quemar, por tanto tu cuerpo y mente lo van a intentar evitar aunque tengas intención de tocarlo. A mi me producía tanto dolor que no fui capaz de estar junto a ella en sus últimos momentos.
Ya no sentía nada, decían los médicos. Pero la ultima vez que entré a verla, sedada e intubada, ya no aguanté mas y me desmoroné sobre ella llorando desconsoladamente y pidiéndole que no se fuese. Le cayó una lágrima por la mejilla. A ella, que no sentía nada.
Despídete. Siempre. Saca fuerzas de donde no las tengas para hacerlo. Cuando el tiempo hace curar las heridas, los remordimientos siguen sangrando.

El oído es el último sentido que se pierde, incluso cuando el corazón deja de latir, se sigue escuchando durante unos segundos. Me fue de gran ayuda leer después el libro "La muerte, un amanecer", que al menos me hizo creer que se fue tranquila.

Con esto no quiero decir que vivamos día a día como si nos fuésemos a morir. Pero si que seamos conscientes de que eso pasa cuando pasa, que podemos enfermar en una larga enfermedad o tener un accidente de tráfico. Que estas cosas no avisan, que nunca crees que puedan pasarte a tí... hasta que te pasan.
Así que, aunque a veces puedan ser pesadas, es un lujo tener a una madre al lado. Yo la he necesitado tantas veces, la he querido llamar tantas veces, la he echado en falta en tantas ocasiones, he querido compartir con ella tantas cosas... Pero no está. Y aun puedo decir que tuve suerte de llegar a conocerla un poquito, pero eso también me hace sentir el vacío de haberla tenido toda la vida delante y no haberla sabido valorar, ni ver como lo que era.

Compartid vuestra vida con ella, dejad que 'malcríe' a vuestros hijos (sería muchísimo más triste no tener a nadie que lo haga, a nadie que los quiera por encima de todo, os lo aseguro), que los mime, que los arrulle. Ellas son únicas para hacerlo, de veras. Y si mirais sus ojos, podreis ver la admiración y orgullo que nuestros hijos, sus nietos, despiertan en la mayoría de ellas. Os aseguro que eso es un lujo. Pasad tiempo con los vuestros, los niños nunca más volverán a tener la edad que tienen, luego no nos dejarán que los abracemos y besuqueemos todo el día, su infancia no volverá jamás. No os la perdais, es el mejor tesoro que tenemos en la vida. Y todo aquello que hayamos vivido, nadie nos lo podrá arrebatar. Así que ¡vivid y dejad constancia de ello!

Dejaos fotografiar. Fotografiaros con vuestros hijos. Da igual cómo, pero salid. Fotografiaros con vuestras madres. Fotografiaros como familia, que quede constancia de vuestra felicidad. Fotografiaros con vuestros mejores amigos, con aquellos a quienes queráis. Fotografiad a vuestros hijos con sus abuelos, para que puedan recordarlos no sólo por vuestras palabras. Da igual si estais en pijama, inmortalizad una mañana de cuentos, de cocina, de manualidades, de bricolaje, de juegos, de cama. Siempre es mejor una fotografía recién levantada que ninguna. Siempre es mejor un álbum casero que el corazón y la mente como único recuerdo.

La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es beatitud, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.

La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es un misterio, descúbrelo.

La vida es promesa, cúmplela.
La vida es amor, gózalo.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es una tragedia, domínala.

La vida es aventura, vívela.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es VIDA, defiéndela.

Madre Teresa de Calcuta
[Macedonia, 1910 - India, 1997]



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9 comentarios:

  1. Me han enternecido, conmovido, tus palabras... te he sentido tan cercana.. Lamento tu pérdida... Te he descubierto de casualidad y me siento afortunada por ello. La gente no entiende porqué hago tantas fotos, y aunque no me gusta mucho salir, hago el esfuerzo hasta le he cogido el gustillo jejeje... es mi pasión, la más grande que tengo, desde siempre... Y ahora que soy madre, se ha multiplicado. Qué bello captar todos esos momentos, da igual los pelos y las ojeras... Sabios consejos los que das. Me anoto el libro, leí hace poco el de La Rueda de La Vida y el que señalas me interesa leerlo también. Aunque haya cosas que no podemos cambiar, mejor aceptarlas que vivir con miedo, no quiero eso para mi hija... Un abrazo.

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  2. Gracias por tu comentario, Davinia.
    Veo que el título que me dices también es de Elisabeth Kübler-Ross. Lo he encontrado para leerlo on line:
    http://elmistico.com.ar/elizabeth_kubler-ross/la_rueda_de_la_vida/#.UJqmaWf4IVE

    Sólo puedo decirte... ¡que sigas haciendo fotos!
    No tengo muy activo este blog, aunque le escribo alguna entrada de vez en cuando. Si dices que eres mamá, puedes leer también el que tengo de maternidad y partos:
    http://porunpartorespetado.blogspot.com.es/

    Saludos!

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  3. Mireia, te leo de casualidad, y me emocionas... Mi queridísima madre murió hace quince meses, cuando mi hija, su gran amor, tenía tres meses. Tengo pocas fotos de ellas juntas y sólo una de las tres, pero son bellísimas: en una mi madre la está bañando, en otra la besa y la huele mientras yo la sostengo. Me hubiese gustado tenerla más junto a nosotras. Su presencia era un bálsamo, tan necesaria! Me despedí de ella en la cama del hospital, justo cuando dejó de latirle el corazón (los médicos me avisaron de su inminente muerte, y mi abuela entraba en la sala, mi otra gran madre. También yo leí el verano pasado el libro de Kubler Ross. No sabes cómo te entiendo! Un abrazo

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  4. Gracias por tu comentario, Marta. Lamento tu pérdida, pero me alegro de que estuvieses con ella al final.
    Un abrazo,
    Mireia

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  5. lamento lo de tu madre, me ha encantado el post :) podrias decirme que música suena de fondo? me encanta es muy relajante. gracias. Esther.

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  6. ya encontre la musica Gracias:)) por cierto feliz dia de la madre!

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  7. Siento tu perdida y te felicito por esas palabras tan bellas. Aunque yo no pueda decir ni sentir lo mismo que tu. No tuve la mejor madre del mundo, no fui la hija que ella habria querido que fuera , no llegue a quererla tanto , pero ella a mi tampoco. Hoy soy madre y mi hijo esta por encima de todo, ahora que soy madre he conseguido la respuesta a muchas preguntas y he concluido que vivire para no ser la madre que tuve. Tengo al menos una foto de cada dia de vida de mi hijo pero en la mayoria no salgo. Gracias por este post tan bonito y desde ahora procurare salir en las fotos. Feliz dia

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  8. Palabras que hacen reflexionar. Me ha encantado.

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  9. Gracias por vuestros comentarios... Un placer teneros por aquí!

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