Toda una vida sin tí. Tantas cosas vividas sin tu presencia.
Tantos años siendo "fuerte" mi repudiado apellido y hasta que ocurrió todo no fui capaz de ser consciente de cuánto lo era, de ver a la loba que habita en nosotras, que habitaba en tí y dejaste en mí. Mi loba negra.
Un año ya de mi nueva etapa, en breve volaré sola por fin y me siento más fuerte que nunca. Pero me gustaría tenerte a mi lado. Al lado de mis hijos. En nuestra vida. No hay fortaleza que rellene tu vacío...
Ojalá sólo nos separase un confinamiento, ojalá sólo tuviera que esperar unas semanas para abrazarte y decirte cuánta falta sigues haciendo. Ojalá mis hijos te conocieran y te tuvieran en sus vidas. Sólo contigo bastaría, sólo contigo no haría falta nadie más.
Pero sigo adelante. Y sigo feliz, más feliz que nunca. Aunque no estés.
Bienvenida a mi segunda vida, mamá. Siempre contigo, siempre sin tí.
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