15 de diciembre de 2011

¡Navidades sorprendentes!

Ya están aquí... ¡ya las tenemos a la vuelta de la esquina!

¡MUY FELICES FIESTAS A TOD@S!





Os traigo hoy una entrada que estoy segura de que a much@s os gustará, y a otros, como mínimo, os sorprenderá. Bueno, supongo que también habrá a quien le sea indiferente o no le guste, no?

En primer lugar, quiero recordar e invitar a la reflexión sobre la pregunta por excelencia en estos días:

"¿Has sido bueno? ¡Ya sabes que Los Reyes lo ven todo y si no te portas bien no te traerán juguetes!"

Me uno a la iniciativa ya existente para erradicar esa pregunta, porque todos los niños son buenos (a las malas, a veces no se portan bien), y la fiesta de los Reyes o el Papá Noel no se realiza porque los niños se porten de una determinada forma, sino porque son niños. Simplemente.

Click sobre la imagen para ampliarla

Condicionar los regalos a esa pregunta se convierte en chantaje y además etiqueta a los niños como 'malos' o 'buenos'. Y... me perdonaréis, pero... ¿qué hay más puro que un niño??? Somos nosotros quienes los convertimos, quienes les hacemos amoldarse a las exigencias de la sociedad en la que queremos vivir, quienes les enseñamos a mentir para ser 'políticamente correctos' , quienes les enseñamos a ser hipócritas o, como es el caso, a hacer chantaje o etiquetar a otras personas, niños ahora y adultos después.

El año pasado hice de Paje Real (¡menudo honor!) y me dí cuenta de que realmente nos dirigimos a ellos sin otra pregunta en la boca (exceptuando el consumismo extremo propio: ¿CUÁNTAS cosas les has pedido?). Y es realmente fácil cambiar el rol, coger una carta escrita con ilusión, pintada con esmero o decorada con cariño que te entrega una manita temblorosa y sencillamente preguntar, con una caricia que invita a dar la mano o a aproximarse/sentarse si el niño quiere:

"¿Cómo te llamas? ¿Y cuántos años tienes, pepito? ¡Qué mayor te veo! ¿Qué me traes aquí? ¿Y tú has escrito esta carta? ¿Para quien es? ¡Pero qué bien escrita está, qué dibujos tan bonitos...! ¡Vas a ver lo contento que se pone Su Majestad cuando la vea, con lo que le gustan las cartas tan chulas!"

Fue una mañana realmente bonita... y quiero pensar que para los niños que me entregaron su carta, incluso los que nada más ofrecértela escupían tartamudeando lo bien o mal que se habían portado, también.



En fin... ¡que me enrrollo!!!
Además de recordaros algunas ideas sobre los regalos, os quiero traer un vídeo para todos aquellos que celebreis bien Papa Noel, bien los Reyes Magos. Os ofrece la posibilidad de enviar por correo electrónico un vídeo (personalizado por vosotros previamente) a vuestro hijo/a, donde Papa Noel o los Reyes lo/la llaman por su nombre, ponen una foto suya, le dicen en qué hora y dia se encuentran (¡es casi un vídeo en directo!), alguna cosa que deberían mejorar un poco (entre 5 opciones) y otra que hace de maravilla. Todo esto sin juicios, animando a la mejora y felicitando (e incluso aplaudiendo) los logros. ¿Su web? NAVIDADES SORPRENDENTES. El precio, ver unos segundos de publicidad de CEFA, su patrocinador.



Y no acabo aquí... no! Porque existe otro vídeo similar, donde explicamos una bonita historia para dar respuesta a "esos regalos que nunca llegaron o se perdieron por el camino": EL ALMACÉN DE LOS REGALOS PERDIDOS, ese sitio al que van a parar tooodos los regalos de todos los niños que se caen del trineo y nunca llegan a su destino.



Por último, y para que 'llueva a gusto de todos', una opción más: ¿Qué ocurre cuando nuestr@ hij@nos hace la temida pregunta sobre los Reyes Magos?:

"Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
- ¿Papá?
- Sí, hija, cuéntame
- Oye, quiero... que me digas la verdad
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido
- Es que... -titubeó Blanca
- Dime, hija, dime.
- Papá, ¿existen los Reyes Magos?
El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:

- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no sé papá, que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero...
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen -respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Blanca.
- Entonces no lo entiendo papá.
- Siéntate, Blanquita, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.
Blanca se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
Cuando el Niño Jesús nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y su voz se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh! necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.
- No os preocupéis por eso -dijo el Niño-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños?.
- Sí, claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que el Niño Jesús estaba planeando, cuando su voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.

Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.

Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.
Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos."



¡Nos vemos al año que viene!

ACTUALIZACIÓN DIC.12:
-Lamentablemente, los vídeos este año no funcionan. No elimino los enlaces por si los cuelgan más tarde o, al menos, al año que viene. Una verdadera lástima. :(
- Campaña 'Ni un niño sin juguetes', para que las familias con apuros económicos puedan tambien hacer felices a sus pequeños. Puedes descargar e imprimir este cartel y colgarlo en lugares como el Inem o colegios de tu ciudad.



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