1 de octubre de 2009

Por qué educar sin castigos ni recompensas

"Un castigo es una herramienta de modificación de conducta. ¿Qué quiere decir esto? Más allá de lo que quiera decir a nivel psicológico o pedagógico, el hecho de que sea un medio para conseguir un fin es muy importante. Es decir, por mucho que nos intentemos convencer de los contrario, un castigo no es el resultado de una mala acción, sino que es una acción que se realiza con el objetivo de conseguir un resultado; no es un porque, es un para qué". 
Después de tan brillante introducción de Nuria Otero desde Criar sin Castigar, hoy quiero compartir un texto con vosotr@s donde se habla sobre la educación sin castigos ni recompensas, que de momento es lo unico que tengo, puesto que el unico libro sobre ese tema que se que existe, "Educar sin castigos ni recompensas" de Jean Philippe Faure no lo encuentro por ningún sitio por estar descatalogado, aunque si hay uno similar de Naomi Aldort, recomendado abajo (Aprender a educar sin gritos, amenazas ni castigos) y que actualmente estoy leyendo.
El texto que os cito a continuación está publicado en el libro "Disciplina Positiva", de Jane Nelsen (un libro que recomiendo muchísimo), y ella a su vez lo cita desde "Punished by rewards" de Alfie Konh.

"El castigo y las recompensas no son motivadores eficaces...
Las recompensas y los castigos se pueden reemplazar involucrando a los niños respetuosamente en la averiguación de sus posibilidades"

Sobre las recompensas:

Los descubrimientos más inquietantes apuntan que las recompensas y las puniciones en el mejor de los casos son inútiles y en el pero destructivas, cuando se trata de ayudar a los niños a desarrollar valores y habilidades. Lo que los premios y los castigos producen es inmediata sumisión. Nos proporcionan obediencia. Si esto es lo que pretendemos cuando decimos que "funcionan", entonces si, funcionan.

Pero si estamos preocupados por la clase de personas en las que se van a convertir nuestros hijos, no se puede acortar el camino. Los valores positivos se han de forjar desde el interior. Los elogios, los privilegios y los castigos pueden cambiar el comportamiento durante un instante, pero no transforman a la persona, o al menos no de la forma que deseamos. Ningún tipo de manipulación del comportamiento ha ayudado jamás a un niño a desarrollar el compromiso de convertirse en una persona responsable y cuidadosa. Los premios hacen que el niño deje de hacer cierta cosa cuando se le deja de recompensar por ello.

Sobre las puniciones:

Nos convencemos de que no sólo estamos imponiendo nuestros deseos, sino que estamos enseñando a nuestros hijos lo que sucede cuando se comportan mal, y el modo de prevenir su mal comportamiento en el futuro. Además, nos vemos a nosotros mismos como administradores de la clase de justicia más elemental: si ha transgredido la norma, el niño debe ser castigado.

La primera razón fundamental es defectuosa; el castigo enseña sobre el uso del poder, no sobre cómo o por qué se debe portar bien. El compromiso de castigar a los niños refleja el temor de que el fracaso de nuestra respuesta signifique que siga comportándose de forma inadecuada.

Desde mi punto de vista, existen dos maneras diferentes de reaccionar ante la conducta inapropiada de un niño. Por un lado, imponer una consecuencia punitiva; por otro lado, saber ver la situación como un momento óptimo para enseña, una oportunidad para educar o para resolver problemas conjuntamente. Aquí, la reacción no es: "Te has portado mal, verás lo que te voy a hacer", sino "Algo no va bien, qué podemos hacer para arreglarlo?"

Os dejo con un excelente vídeo: (puedes pausar la música del blog al final de la columna derecha)

"Educar sin castigos ni recompensas no quiere decir CAOS."
"Cómo poner límites sin castigos ni recompensas"




Ver también:


3 comentarios:

  1. hola respecto al libro de educar sin castigos ni recompensas.te comento q lo acabo de adquirir en liverpool(xalapa,veracruz)no se donde mas puedas comprarlo tú,$250 ok?

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  2. Hola,sobre este tema estoy leyendo un libro que me parece muy recomendable por romperme totalmente los esquemas...se llama "crianza incondicional" de Alfie Kohn. En España lo ha editado crinza natural http://www.crianzanatural.com/prod/prod697.html
    Habla de las consecuencias de la crianza tradicional (el exceso de control paterno, las recompensas, castigos,etc.) y ofrece una visión totalmente diferente sobre cómo criar a tus hijos con valores como el respeto,la empatía, la autoestima,la libertad de expresión...

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    1. Gracias por tu comentario y por la recomendación, Noemí!

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